Add parallel Print Page Options

Desde Sión el Señor extenderá tu cetro real,
para que domines a todos tus enemigos.
En el día de tu victoria
tu ejército se te entregará por completo,
sobre los montes santos.
Al despertar la aurora,
tu juventud se fortalecerá con el rocío.

El Señor lo ha prometido,
y no va a cambiar de parecer:
«Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec.»(A)

Read full chapter